viernes, 3 de abril de 2015

Reclaman a una obra social y a la justicia por la salud de una joven con discapacidad múltiple

Córdoba Irene es una joven de 12 años que padece de discapacidad motriz severa, baja visión e hipoacusia. Desde sus primeros días recibe un complejo tratamiento domiciliario intensivo de rehabilitación que le ha permitido llevar una vida digna, en contra de todos los pronósticos médicos. Según sus padres, desde siempre la obra social Apross es reticente a cubrir el tratamiento que Irene necesita, por lo que debieron realizar un recurso de amparo ante la justicia provincial. Desde el 2006 hasta la sentencia (ejemplar) que surgió de ese recurso de amparo, lograron proteger a Irene de los embates de la obra social. Pero desde marzo de este año la obra social con la connivencia de la justicia, se niega a cubrir la integración escolar, entre otros gastos de su tratamiento. Irene padece una discapacidad múltiple por parálisis cerebral. Vive apenas con vestigios de cerebelo, es hipoacúsica, tiene miopía severa y maneja sus movimientos con la asistencia de otras personas. Un tratamiento terapéutico integral sostenido desde pequeña le ha permitido hasta ahora desafiar las pocas expectativas que ofrecía la medicina para su vida. Desde sus primeros días de vida recibe un complejo tratamiento domiciliario intensivo de rehabilitación que le ha permitido llevar una vida digna, en contra de todos los pronósticos médicos. Sus padres, Alicia y Juan, cuentan que “el tratamiento que Irene recibe, nos dimos cuenta después de años, es realmente inusual y se acerca mucho a lo ideal”, al mismo tiempo que aseguran que lo que Irene consiguió aún sorprende a médicos, terapeutas y gente que trabaja con casos semejantes. Sin embargo ellos como familia, relatan que no es que esta forma de encarar la discapacidad sea tan increíble, sorprendente, ideal, sino al revés. Si todos los niños recibieran un tratamiento digno como el que tuvo Irene, seguramente tendrían vidas más dignas y llegarían todos a demostrar cuanto pueden. Irene es saludable, felíz y concurre a una escuela común en 5to grado sin ningún tipo de adaptación curricular, realizando con adecuaciones de acceso, la jornada escolar completa igual que el resto de los niños. Se comunica a través de su notebook y tiene dispositvos de apoyo como teclado y mouse magnético especialmente adaptado, y software específico para ejecutar instrumentos musicales, escribir, trazado de ángulos, lectura en inglés, etc. Para ir a la escuela requiere un maestro integrador que va adaptando visual, auditiva y motrizmente sus tareas escolares dentro del aula, y para su traslado en silla de ruedas, andador para educación física, concurrir al baño y alimentarse, además de sociabilizar con sus compañeros y maestros requiere asistencia permanente de acompañante terapéutico. Su obra social es APROSS (empleados públicos de la Provincia de Córdoba). Desde siempre esta obra social es reticente a cubrir el tratamiento que Irene necesita, por lo que sus padres debieron realizar un recurso de amparo ante la justicia provincial. Desde el 2006 la sentencia (ejemplar) que surgió de ese Recurso de amparo, logró protegerla de los embates de la obra social. Pero desde el año pasado, precisamente desde marzo de 2014, la obra social con la connivencia de la justicia, se niega a cubrir la integración escolar, entre otros gastos del tratamiento. Hecho que los padres califican como inaudito, ya que durante sus tres primeros años escolares había cubierto el 100% de esos gastos (honorarios de maestro integrador y acompañante terapéutico). La familia ha realizado recursos de apelación ante la justicia, explicando que al no poder seguir afrontando los gastos, Irene se vería privada de su derecho a la educación y que su salud se veía resentida por toda la situación. Nada de esto fue considerado por la jueza que entiende en la causa ni por los jueces que integran la Cámara Laboral Sala 9, quienes declararon inadmisible los reclamos. “Nos encontramos desesperados, no concebimos dejar de enviar a la escuela a nuestra hija y ver resentida su salud y calidad de vida, y ya no tenemos recursos para seguir pagando su tratamiento, ni los honorarios de los profesionales que necesita para poder ingresar a la escuela y desarrollar la jornada escolar”. Los familiares de Irene han organizado a partir de octubre, marchas con familiares, amigos, y gente conocida , eventos, campeonatos de futbol, jornadas de concientización donde los mismos profesionales que atienden a Irene dan charlas para que se visibilice los beneficios de un tratamiento tan cuidadoso y específico como el que ella obtuvo hasta el momento. Para el conocimiento de la causa, sus padres abrieron un Facebook llamado Ali Irene.

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