jueves, 29 de noviembre de 2012

Un santafesino creó un sistema para evacuar edificios en una emergencia

TIENE 88 AÑOS Y ES INGENIERO QUÍMICO Es una banda de metal que cumple la función de una escalera móvil, y que permite evacuar en forma segura y ágil un edificio
Además, no necesita energía eléctrica. La innovación logró su patente el año pasado y fue premiada en la Fecol. Hace diez años el Ing. Armando Descalzi se encontró con una noticia que le impactó: en el incendio de un edificio, alguien se arrojó desde uno de los pisos altos por no contar con una vía de escape. Y esto -que calificó como “una injusticia”- lo llevó a pensar un sistema que posibilite una alternativa más eficiente y sencilla que las existentes. Y lo logró: desarrolló una innovadora escalera móvil para emergencias que tras un lustro de espera consiguió su patente. “En 2006 envié la solicitud y el trámite salió el año pasado, pero recién me lo comunicaron este año”, comentó. Básicamente se trata de un sistema mecánico autónomo de transporte vertical, que prescinde del uso de energía eléctrica, como ocurre con varios de los sistemas actuales y para funcionar requiere sólo el peso de los evacuados. Puede comenzar a usarse en poco tiempo y posibilita el ascenso de personal de emergencia en simultáneo con la evacuación. Además, a diferencia de otros mecanismos de evacuación, es continuo lo que evita pausas que provocan retrasos innecesarios. Su funcionamiento no es complicado. El sistema consiste en una banda sin fin de hierro, acero u otro material con resistencia mecánica y térmica colgada de un cilindro superior que funciona como polea. Este cilindro se ubica en lo alto del edificio y en el está enrollada la banda, cuando el sistema no está en uso. Otro cilindro, el inferior, está apoyado dentro de la banda y tiene como fin provocar con su peso el descenso de la banda cuando se activa el sistema y mantener tensos los dos ramales. Así, la banda queda extendida entre los dos cilindros, o sea entre la parte alta y el nivel bajo del edificio, pasando en los pisos intermedios frente a ventanas, balcones o terrazas que se hayan elegido como puntos de salida para la evacuación. “Cuando se liberan los dos ramales de la banda, comienza a funcionar una alarma acústica y luminosa, entonces todo el edificio se entera y concurre al lugar donde se estableció que tienen que congregarse para engancharse y bajar”, explica Descalzi. El sistema se puede accionar desde cualquier nivel del edificio, con un cable. Y luego quienes quieran abandonar el edificio se toman de la banda y su propio peso lo desplaza hacia abajo y para que el descenso sea produzca con velocidad adecuada, arriba hay un mecanismo de freno o regulación. Las personas a evacuar deben disponer de cinturones, fajas o asientos que se enganchan en la banda, que es una estructura adecuada para posibilitar esto. Si se dispone de bolsas o canastos para enganchar, se puede evacuar a niños, personas con discapacidad o inconscientes, mascotas y hasta bienes materiales. Al ser una banda sin fin, mientras un ramal baja con los evacuados, la otra sube y puede ser usada por personal de rescate. Al finalizar la emergencia para restablecer las condiciones originales, la banda extendida debe enrollarse otra vez al cilindro superior y así subirá elevando también el inferior. Esta operación se puede realizar con una manivela o un motor eléctrico si ya volvió la energía y el sistema queda otra vez en condiciones de activarse. Algo importante para que pueda funcionar con eficacia son los simulacros periódicos, para que los habitantes del edificio estén entrenados. Estrategia de difusión Si bien el Ing. Descalzi -que hoy tiene 88 años- es el principal ideólogo de la novedosa escalera móvil, los aportes de sus hijos Omar y Daniel (hoy radicado en España) fueron determinantes. El propio Omar -que figura como coautor- indicó que fueron los primeros críticos para avanzar hacia la maduración del proyecto. “El de la idea fue mi padre, pero a las ideas hay que objetarlas, ponerle los peros”, explicó. “Peros” que sirvieron para redondear la idea. Por ahora el innovador desarrollo solo existe en los papeles y en una maqueta. Pero tanto el ingeniero como sus hijos están convencidos de que es un muy buen sistema de colocación relativamente sencilla, aunque no hayan elaborado todavía un cálculo de los costos que puede demandar. “A lo mejor se instala y no se usa nunca. En buena hora. Pero la vez que se use salvará gente, sin dudas. Se puede usar en cualquier emergencia, excepto un terremoto”, explica Descalzi. Tras haber obtenido la patente, el paso que sigue es darlo a conocer para ver si hay empresas con interés en implementarlo en el futuro. “Estamos en la etapa de difusión del producto, para establecer los marcos de cooperación para que una empresa lo desarrolle y lo comercialice en un ámbito geográfico a estudiar. En síntesis, lo que sigue el desarrollo por parte de una industria. El producto está, ahora hay que desarrollarlo y comercializarlo”, concluye Omar Descalzi.

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