Han subido a más de un podio y van por más. A ellos, las limitaciones físicas no los detiene y, muy por el contrario, los impulsa en un permanente desafío. Son jóvenes con distintas discapacidades motrices que representan al Club Regatas de La Plata; practican remo adaptado y suelen ubicarse entre los primeros y segundos puestos en los campeonatos nacionales e internacionales. “Esto no es recreativo - aclaran - sino una actividad competitiva de alto rendimiento”. Leandro “Pepe” Céspedes -32 - sufrió, hace años, la amputación de las dos piernas. Es vecino de Ensenada; está casado y tiene cuatro hijos. El volumen de su caja torácica, los fuertes brazos y cierta actitud intrépida dan cuenta de que es todo un deportista. Jugador de basquet, desde hace cinco meses se dedica por entero al remo y en ese corto lapso ya suma dos medallas: salió primero en la última regata internacional que se corrió en Bariloche y segundo en el Campeonato Metropolitano de Puerto Madero. Subirse a un bote y llevarlo suavemente por la superficie del agua era para él una “materia pendiente”, y por eso, contó, se decidió a aceptar la propuesta del club con sede en Río Santiago, y todos los martes y jueves a las 13 un transporte de la Municipalidad de Ensenada lo acerca a las rutinas de las clases que dicta el instructor Juan Rivarola. “Es una experiencia bárbara, que hace sentir que uno no tiene barreras, que aunque parezca difícil para aquellos que tienen dificultades es algo que se puede hacer. Solamente hay que animarse”, remarcó, con un indisimulable entusiasmo, Céspedes. TODO “HECHO EN CASA” Los botes que utiliza el grupo para navegar fueron adaptados de manera casera, Los integra una silla especial que permite sostener sin riesgos el tronco del remero y, según el tipo de discapacidad del que lo use, se ajusta a sus necesidades. Para hacerlos más seguros llevan flotadores. Al igual que el simulador de remo son un producto del ingenio y la buena voluntad de distintos socios del club que los adaptaron, a fuerza de ensayo y error, para que la entidad pueda desarrollar esta actividad inclusiva y traerse, como en otras categorías, importantes premios. Belén Locino -14 - empezó remo hace dos meses. Ella, imposibilitada de caminar a raíz de una mielomeningocele - un tipo de espina bífida -, es una de las alumnas que más satisfacciones de le dado al “profe” Juan. “Es muy notable lo que avanza. Al principio teníamos que ayudarla para subirse al simulador y ahora ya lo hace sola”, contó Rivarola. La chica también se trajo el título de campeona femenina en la competencia que se corrió en el lago Nanuel Huapi. Otro con galones que ostentar es Brian Marsiglia -16 -. El adolescente, que está en 5º año del secundario y padece de parálisis cerebral, fue este año el campeón en su categoría en Bariloche y en el Tigre. El camina con el soporte de bastones y no sólo conduce el bote con una habilidad que asombra sino que su entusiasmo es tal que en el club anda de acá para allá atento a las necesidades de sus compañeros. “Remar me gusta mucho, pero además, con este deporte me aseguro de no perder movimiento, porque si no se hace nada la situación puede empeorar”, dijo Brian, con una seguridad que a su edad llama la atención. El objetivo de esta actividad, señaló Rivarola, no es la recreación. “Si bien disfrutan del deporte acá se trata de que la gente con discapacidades llegue a lo más alto de su rendimiento y que compita. Porque lo principal para nosotros es que consigan el mayor grado de autonomía posible”, explicó el instructor. La escuela de remo adaptado nació en Regatas en 2010 y es una de las primeras en el país en lanzarse al desafío. Es gratis; pueden asistir tanto los socios de la institución como los vecinos de la Región cuyos municipios hayan acordado convenios de ayuda mutua con la entidad.
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