lunes, 31 de marzo de 2014

Actúan para superar sus dificultades y logran impactar en el auditorio

Tienen diferentes discapacidades y se conocieron por ir detrás de un objetivo en común. Dentro del grupo hay quienes se movilizan en sillas de ruedas, personas no videntes o con alguna discapacidad mental, y también quienes padecen esclerosis múltiple. Cada historia es distinta, pero los une un mismo espíritu: superar las dificultades para disfrutar la vida al máximo y dar lo mejor de sí. Todos ellos forman parte del Equipo Nacional de Teatro Especial en Artistas Discapacitados Argentinos (Adisa). "La persona con discapacidad tiene muchas cosas para decirle a la sociedad y el teatro es una excelente herramienta para lograrlo", asegura Adrián Lazz, director teatral y fundador de esta organización, mientras muy concentrado maquilla a uno de los actores que interpreta el personaje de Chaplin. Con más de quince años de trayectoria, Adisa desarrolla obras teatrales para promover la integración social de la persona con discapacidad a través del arte. Algunos de los espectáculos que lleva realizados incluyen obras como: Romeo y Julieta, La loca familia Addams y Sueño de una noche de verano. En cada función teatral, las diecisiete personas que conforman el elenco sorprenden al público no sólo por su talento sino también por su ejemplo. Dan testimonio de vida mediante el compromiso y el esfuerzo que dejan al descubierto sobre las tablas. Horacio Pizulli Segade, de 59 años, tiene un retraso madurativo mental. Pausadamente y visiblemente movilizado, dijo: "Es muy emocionante estar arriba del escenario. La gente al principio se preguntaba ¿qué van a hacer éstos? Y les fuimos demostrando que podemos superar la discapacidad que tenemos y hacer una obra. Nosotros tiramos para adelante". Horacio destaca el trabajo en equipo y cuenta que también participan en el grupo dos artistas integrados sin discapacidad. "Es buenísimo actuar con otras personas que también tienen dificultades, porque lo fundamental es que nos ayudamos entre todos. A veces me puedo equivocar, pero siempre hay alguien que te salva. Le decimos al otro: quedate tranquilo, acá estamos, te va a salir bien", afirmó. El actor recuerda cuando hace unos años se enfrentó a una operación a corazón abierto y sus ganas de actuar lo motivaron a recuperarse rápido. "A la semana de haber sido operado, cuando estaba en terapia intensiva, lo llamé a Adrián para que practicáramos el guión de Romeo y Julieta. Ensayábamos mientras estaba todo entubado, yo recitaba la letra y hasta cantaba. Las enfermeras no lo podían creer", dijo, y se río al recordar esa anécdota. A pesar de los problemas de salud que le tocó enfrentar nunca perdió su vitalidad. "Nosotros al público le damos toda la energía que podamos. Y esto se ve reflejado en el aplauso. Adrián nos dice: ¡Pongan fuerza, ustedes pueden!" Para preparar cada show, los actores ensayan dos veces por semana durante seis meses antes del estreno. Se reúnen en un espacio que les cede la Casa de la Provincia de Tucumán. Esta actividad, además de ayudarlos a potenciar numerosas habilidades, se convierte en una salida económica para los artistas que obtienen una ganancia de la venta de entradas. Javier Ruiz, otro de los actores que tiene una discapacidad mental moderada, expresa: "En el escenario se siente la emoción de lo que hacemos, actuar tiene muchas cosas buenas. Me fortaleció, me sacó adelante y también me dio la posibilidad de conocer gente nueva". Luego de escucharlo con atención, su profesor agrega: "El público se encuentra con actores comprometidos y con una producción detrás que le genera distintas emociones. Energéticamente hay un shock y eso se ve en el aplauso y en una sala donde la gente se pone de pie y los ovaciona". Adrián continúa: "Con el teatro se forma un proceso integrador entre espectador y artistas. Es muy positivo si podemos cambiar la visión de quien viene por primera vez a ver una obra de estas características". Finalmente concluye: "Con esto descubrí el valor de la vida. Como sociedad nos quejamos mucho y siempre queremos estar mejor de lo que estamos. No digo que esas quejas no tengan un fundamento, pero cuando ves a un actor no vidente o en silla de ruedas que viene a los ensayos aunque llueva y tenga que hacer una carrera de obstáculos para llegar, entonces surge la pregunta: ¿de qué me quejo? Me doy cuenta de que mis quejas pueden ser un océano para mí, pero comparado con ellos es una picadura de mosquito". Aquellas personas vinculadas con el mundo artístico que quieran sumarse como voluntarios, o quienes deseen colaborar cediendo un lugar teatral para hacer las obras, pueden contactarse por mail a adisaartistasdiscapacitados@yahoo.com.ar, o por teléfono al (011) 15-5401-7926 o 4334-7552. También está abierta la invitación a nuevos alumnos con discapacidad que quieran participar.

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