lunes, 30 de marzo de 2015

Impiden a un chico ir todos los días al jardín porque tiene síndrome de Down

La norma la impuso el prestigioso colegio La Salle de Córdoba. Argumentaron que el nene debía ir sólo tres veces por semana "hasta que el resto de los alumnos se adapte a su presencia". La palabra de la madre y el silencio del colegio. Quien tenga un hijo, sobrino o hijo de amigo que haya empezado las clases recientemente sabrá la emoción que para los niños representa ese "paso" en sus vidas. La carga emotiva se refleja en sus caritas contentas, nerviosas, ansiosas. Ahora, hagamos el ejercicio empático de pensar que ese niño que empieza su jardín de infantes tiene síndrome de Down y que sus papás recorrieron varios colegios hasta dar con uno que lo aceptaba con su discapacidad. ¿Movilizante, no? Bueno, resulta que tras la foto feliz del primer día de clases, a los papás de Benjamín (4 años) los llamó la maestra de su hijo para informarles que el niño no podría concurrir al día siguiente al colegio y que sólo podría asistir acompañado de la maestra integradora. Todo esto, pese a que la psicopedagoga que había formado parte del equipo que evaluó al pequeño antes de que la institución lo aceptara había determinado que el menor "no necesitaba una maestra integradora todos los días". ¿La causa? Benjamín tiene síndrome de Down y parece que, a pesar de haberlo admitido como alumno, ahora el prestigioso colegio La Salle de Córdoba pone reparos acerca de "lo que van a decir los padres" o excusas como que el resto de los niños tiene que "adaptarse a la presencia" del pequeño y quieren limitar la carga horaria de asistencia a clases. Laura Ocampo es la mamá de Benjamín, y en diálogo con Infobae explicó que "tanto el gabinete psicológico del colegio como uno privado habían determinado que necesitaba maestra integradora sólo tres horas dos veces por semana y un día de dos horas". Es que el pequeño va al jardín desde que tiene un año, con lo cual su sociabilidad está más que "aceitada". "El rol de la maestra integradora es apoyar a la maestra del aula en la parte curricular", explicó Laura. Así y todo, y con sólo un día de clases, la directora del jardín del La Salle dispuso que el niño "debía entrar y salir del colegio con la maestra integradora todos los días". "Nosotros manejamos la discapacidad así, y si no les gusta, ya saben lo que tienen que hacer", fue la respuesta que obtuvieron los papás de Benjamín de la directiva al momento de reclamar que esas no eran las condiciones que habían acordado para el ingreso del niño a la institución. De este modo, Laura consideró que a su hijo "lo etiquetaron de entrada" y lo dejaban en desventaja respecto al resto de los nenes al reducirle a tres días semanales sus jornadas en el jardín. "NOSOTROS MANEJAMOS LA DISCAPACIDAD ASÍ, Y SI NO LES GUSTA, YA SABEN LO QUE TIENEN QUE HACER", FUE LA RESPUESTA QUE OBTUVIERON LOS PAPÁS DE BENJAMÍN Y como los nenes no entienden de tabúes ni miradas prejuiciosas, a Benjamín hubo que distraerlo cada mañana cuando quería ponerse el uniforme para ir a la escuela, mientras sus papás buscaban otro jardín donde lo aceptaran sin condicionamientos. "Él quería ir a jugar al jardín. No le dijimos nada de todo esto, sólo le contamos que iba a ir a otro jardín más lindo y lo llevábamos a la pileta, a pasear o al shopping para entretener sus días", contó Laura. Claro que Benjamín acusó recibo y en el nuevo jardín al que empezó a ir hace una semana (y al que va sólo tres veces un par de horas con la maestra integradora) las maestras le contaron a Laura que "si no lo invitan a jugar, no va o se queda aislado", actitudes que poco tienen que ver con el comportamiento que solía tener en sociedad. "Todas las cosas que tenía adquiridas es como que las retrocedió, pero en el jardín las psicopedagogas me explicaron que es normal; que cualquier niño ante el cambio y ver la angustia de los papás reaccionaría así", detalló la mamá. En ese sentido aseguró que la lucha que inició (y que incluye denuncia ante el Inadi por discriminación) "no es por que Benja vuelva al colegio, sino para que cambien el sistema de integración, que es retrógrado". "Yo a mi hijo a ese lugar no lo quiero llevar; de hecho, si me hubieran dicho cuáles eran las condiciones de entrada, no lo anotaba. Mi lucha es para que la directora no mire más a un papá a la cara y le diga lo que me dijo a mí". Escuchar que el colegio tenía que "preparar a los papás y los nenes para la entrada de Benjamín", como si de alguien de otro planeta se tratara, fue lo que motivó que Laura y su marido hicieran la denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). "Por todos los atropellos que cometió la directora, fui el lunes al Inadi, donde me dijeron que me ocupe de la felicidad de Benja que del colegio se encargaban ellos", remarcó Laura, al tiempo que enfatizó que de parte del colegio La Salle nunca recibió un llamado de disculpas. Infobae se comunicó también con el colegio La Salle. En una primera llamada nos informaron que quien manejaba el tema era el "hermano Fabián", representante legal del colegio, pero que en ese momento había salido. Cuando realizamos las dos llamadas siguientes, el religioso aún no había regresado. Durante la cuarta comunicación, la misma muy amable mujer nos informó que el hermano Fabián había regresado y había vuelto a salir, pero en el ínterin fue informado de nuestro llamado y nos hizo saber que "por el momento desde el colegio no se va a dar ninguna respuesta". Mientras el colegio piensa qué decir "porque se trata de un tema delicado", según nos dijo la administrativa que nos atendió, Benjamín deberá adaptarse a su nueva escuela. Ojalá los años que le faltan para entender este tipo de situaciones sean suficientes para que ser diferente deje de ser un problema. Fuente: SM - Infobae

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