lunes, 8 de septiembre de 2014

Educar y contener a chicos con diversas discapacidades

"Cami evolucionó un montón en su autonomía desde que está acá. Le enseñan muchas cosas que el día de mañana la van a ayudar a desenvolverse en cualquier trabajo", explica Carolina Queirolo, junto a su marido, Juan. Ambos, son padres de Camila, que con nueve años asiste a la escuela especial CREI, ubicada en Villa Ballester, Buenos Aires. El foco de esta institución está puesto en expresar el potencial del alumno con discapacidad y en hacer el trabajo lo más individualizado posible para que cada uno pueda crecer al máximo. Fue un gran cambio el que tuvo Camila desde que ingresó en esta escuela, y ellos también se sienten más seguros y acompañados. "Lo primero que notamos fue el trato amable y dedicado de los docentes y el equipo directivo. En la escuela común veían todo lo que Cami no podía hacer en comparación con el resto de sus compañeros y acá ven todos los logros. Se evalúa el aprendizaje y cómo se adapta al grupo y a las normas. Hacen talleres para padres en los que nos guían con cosas de la vida cotidiana y nos ayudan a resolver cuestiones que se nos presentan. Cuando te vas dando cuenta de que tu hija no es igual a los demás, no tenés una guía que te diga qué hacer. Pero una vez que llegamos a este colegio, no sentimos mucho más contenidos y tenemos a quien preguntarle cosas", agrega Juan Queirolo. La escuela CREI nació hace 33 años para nivelar a chicos con discapacidad para que pudieran reinsertarse en el sistema educativo. Con el tiempo, se habilitó como escuela especial, a la que actualmente asisten 125 alumnos en escuela primaria, 192 están integrados en 86 escuelas públicas y privadas. La fundación fue sumando otros servicios, como el Centro de Formación Integral y el Centro de Día Ocupacional. "El objetivo siempre fue la reinserción laboral a partir de un trabajo real y que estas personas puedan vivir de su trabajo. Tienen cuatro talleres de cerámica, hilados, carpintería y gastronomía. Empezamos a producir cosas que no eran bonitas y sólo las compraban los conocidos o los comprometidos emocionalmente. Hoy generamos productos con altos criterios de calidad y que son muy estéticos", explica Gregorio Aráoz de Lamadrid, fundador de CREI. Su centro de día, inaugurado hace 13 años, ALBERGA a 50 jóvenes y adultos con discapacidad mental que de 8.30 a 15.30 realizan talleres ocupacionales y aprenden a ganar autonomía. "Realizamos un trabajo muy fuerte en educación física porque la población con la que trabajamos tiene mucho sobrepeso. Uno de los requisitos es que tengan movilidad, autonomía, que vayan solos al baño y coman solos, y que puedan manejarse dentro de un grupo", cuenta Patricia Yedro, directora del centro de día, mientras un grupo prepara pan, pizzetas y pizzas para consumo interno en el taller de cocina. Lo que consiguen vender en ferias lo reinvierten en insumos o salidas para los pacientes. La fundación posee también consultorios de apoyo a la inclusión en los que busca mejorar el desempeño académico de alumnos y concurrentes al ofrecer apoyo profesional en diferentes especialidades del ámbito de la salud. También brinda un ciclo anual de conferencias gratuito abierto a la comunidad. "El taller de Producción Manos Especiales, Objetos Únicos es un espacio facilitado por la fundación y equipado para que los beneficiarios del proyecto puedan trabajar y producir sus productos, para que luego sean comercializados, buscando la independencia económica de las personas con discapacidad intelectual", agrega Aráoz de Lamadrid. Las personas interesadas en conocer más a fondo o contribuir con la fundación pueden ingresar a www.crei.edu.ar, llamar al 011-4767-7504 o escribir a info@escuela.crei.edu.ar.

No hay comentarios: