domingo, 26 de mayo de 2013

Marcas adaptan sus productos a personas ciegas

Empresas de distintos rubros están lanzando etiquetas en lenguaje braille en sus envases, lo que representa un importante avance para la autonomía de las personas con discapacidad visual. En el país, hay además legislación que obliga a los laboratorios a adoptar medidas de este tipo para sus medicamentos y también se exige a restaurantes y bancos que trabajen sobre la inclusión. Cada vez son más las compañías que comienzan a adaptar sus productos para las personas ciegas con etiquetas en braille. En la Argentina, según estimaciones, hay 500.000 personas con discapacidad visual y 100.000 ciegos. Para ellos, un pequeño cambio en el packaging de un producto significa un avance muy importante en su autonomía, ya que les permite identificar sin ayuda de otro qué contiene un envase. “Las empresas incorporan al proceso de la misma imprenta que hace la etiqueta el texto en braille. Al hacerlo al mismo tiempo, y no después, es más barato. Todos salen etiquetados y esto no encarece el proceso de producción”, explica Pablo Lecuona, presidente de Tiflonexos, asociación sin fines de lucro que trabaja en la accesibilidad de la información y la cultura para personas con discapacidad visual. Un ejemplo es Biferdil, dedicada a la elaboración de productos de salud y belleza capilar, que acaba de lanzar una línea de shampoo y balsam etiquetado en braille. “Vamos buscando nichos distintos que a las multinacionales no les conviene por los volúmenes. El producto tiene muy buena aceptación porque es para todo tipo de cabello y para toda la familia”, remarcó Pablo Tenenbaum, presidente de Biferdil. Cada producto cuesta $ 45 y se venden en farmacias y perfumerías. “Estamos analizando hacerlo con otros productos”, agregó. También Natura, el mayor fabricante de cosméticos de Brasil, ofrece información en braille en sus packaging y etiquetas. “Se incluyen rótulos en productos que posean espacio para usar el tamaño de las letras y números determinados por la norma. Esto acerca a consumidores que no encuentran en otros productos esta característica”, explicaron en la firma. Lecuona, además enumera otras marcas: los cereales de Kellog’s identifican la marca, el tamaño y el peso, y los productos –como aceite de oliva– de la marca Patagonia Gourmet. “Que sean tan pocas tiene que ver con un desconocimiento. Es no conocer que tenés un público que no es la persona ideal, que puede hacer todo. A veces no cuesta mucho y se logra ayudar a la autonomía. Distinguir un shampoo de una crema enjuague sin depender de alguien”, destaca Lecuona. En el país ya hay algunas leyes e iniciativas que obligan a las empresas a ofrecer productos y servicios con el sistema de escritura para ciegos. Por ejemplo, se comenzó a tratar una ley que obliga a los laboratorios a que sus medicamentos cuenten con información –el nombre del genérico y el 0800 del laboratorio– en escritura para ciegos. Además, desde hace un tiempo, se exige a los restaurantes de la ciudad de Buenos Aires que tengan su carta en braille. “Esto se cumple porque de vez en cuando hay inspecciones. Pero a veces los precios no están actualizados y se depende de la buena voluntad del mozo”, advierte Lecuona. También, el Banco Central de la República Argentina dictó este año una resolución que exige a todos los bancos que trabajen sobre la inclusión: para el 30 de junio de 2013, al menos el 10% de los cajeros deberán ser accesibles para personas con discapacidad visual. Todos los formularios y contratos deberán estar escritos en braille.

No hay comentarios: