sábado, 27 de diciembre de 2008

Atletas con discapacidad ante el desafío de cruzar los Andes (El Cisne)

Del 6 al 8 de febrero se realizará la 'Posta Atlética Cruce de los Andes', en la que atletas convencionales y especiales participarán de una de las carreras más exigentes de América latina. Una competencia que se corre a través de 540 kilómetros entre Argentina y Chile.

Desplegar una bandera de integración y promover la igualdad de oportunidades. Ese es el propósito que perseguía la ultramaratonista nacida en la ciudad de La Plata, Susana Segurel, cuando concibió una idea inédita: formar dos equipos integrados al mismo tiempo por atletas convencionales y especiales e inscribirlos en una de las carreras más exigentes de América latina, la "Posta Atlética Cruce de los Andes". Una competencia que se corre a través de 540 kilómetros entre Argentina y Chile, a alturas que en su punto máximo alcanzan los 4700 metros y donde la falta de oxígeno suma complejidad a la planteada por el accidentado paisaje.
"Se trata de una experiencia única", dice Segurel, quien afirma que los integrantes de los equipos fueron reunidos a través de una convocatoria nacional y sumados a dos nucleamientos (a los que llamaron equipos chasquis) en los que competidores especiales y convencionales trabajarán juntos. La competencia -que es una carrera de postas y que se corre de día y de noche- se inicia el 6 de febrero y termina el 8. Cada competidor se prepara especialmente para la posta que le toca correr.
El objetivo de la participación no es tanto competir, como difundir un mensaje integrador: "poner a los atletas especiales en la vidriera, demostrar todo lo que pueden hacer, para crear conciencia de la necesidad de incluir a las personas con capacidades diferentes. Y no sólo en el mundo del deporte, sino en distintas esferas de la sociedad", dice Segurel.
Ambos equipos estarán conformados por 15 atletas convencionales e igual número de deportistas especiales, todos con una larga trayectoria deportiva. Los une la decisión de enfrentar un desafío considerado entre los más complejos de Sudamérica.
En total, participarán de la carrera 10 atletas en sillas de ruedas, dos no videntes, uno con un brazo amputado, otro que padece una discapacidad motriz en uno de sus brazos y otro afectado por parálisis cerebral.
540 son los kilómetros que los atletas recorrerán entre Argentina y Chile en el marco de la competencia, que es de postas y que se corre de día y de noche.

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