miércoles, 19 de septiembre de 2012

La historia de Fernando

Hace ocho años un accidente le provocó una discapacidad del 80 por ciento en su brazo izquierdo. Su fortaleza le permite seguir haciendo lo que le gusta, señala Diario Crónica. Por Jorge Rodríguez La adversidad le permite al ser humano descubrir toda su fuerza. Generalmente esos golpes que suele dar la vida abren camino a dos alternativas: que el individuo desespere o bien que se supere. El día que una sierra le cercenó parte de su brazo izquierdo -estéticamente reconstituido casi a la perfección en un hospital público-, Fernando Derazenski, baterista de profesión, no dudó en elegir la segunda opción. Desde el primer momento decidió olvidarse del espejo retrovisor y mirar hacia adelante, con el firme convencimiento de saber que iba a sortear todos los obstáculos. “Fue en enero de 2008, tenía 24 años. Estaba construyendo la casa donde hoy vivo y en plena tarea una sierra se me vino hacia el rostro. Instintivamente me cubrí con el antebrazo izquierdo que, tras el latigazo, quedó colgando, casi en el piso”, señala Fernando en su pequeño pero cálido estudio del barrio de Floresta. -¿Qué pensaste tras el accidente? - Hubo dos momentos. En lo inmediato,me envolví como pude el brazo y salí corriendo hacia el hospital Vélez Sarsfield, que está cerca de casa. Hice cuatro cuadras y caí desmayado. Después llegó el otro instante ese que se produce cuando a uno le caen las fichas sobre lo que realmente le pasó. -¿Qué preguntas te hiciste? - Ninguna. En el mismo instante que tomé conciencia de lo que me había ocurrido me propuse interiormente superar el trance. Es más,no quise ayuda terapeútica alguna. Eso sí, la rehabilitación fue muy dura. Sufrí con los ejercicios que hasta en algunos casos incluyeron shocks eléctricos. De todos modos, vaya mi eterno agradecimiento al hospital Vélez Sarsfield, a su gente y en especial al doctor Emilio Santángelo y a la kinesióloga Alejandra Fernández. Ellos me ayudaron al igual que mi mujer, Carolina, y mis tres hijos. -¿Siempre con la batería? -Desde los 10 años, cuando tocaba con las ollas de mi mamá. Moría con Charly Alberti, el de Soda Stéreo. Me fijaba en cada detalle, buscaba aprender,me fascinaba -¿Cómo fue volver a sentarte frente al instrumento? -Tuve que aprender todo nuevamente.El brazo izquierdo me quedó con una discapacidad cercana al 80 por ciento.No tengo sensibilidad, lo que hace que deba extremar el oído, cosa que hago naturalmente. Conté con el apoyo de Jorge Araujo, ex batero de Divididos, un docente espectacular que me dio una mano invalorable. - ¿Te atás el palillo a la mano? - Sí. Debo cuidar que no se me escape.Al no sentirlo,debo tomarlo a la mano con una cinta. Fernando cuenta con orgullo que trabajó con el grupo Ladrones Sueltos (“con una rubia en un avión”).También lo hizo con David Lebón y últimamente con Emanero, el número 1 del hip-hop.“Es bueno estar al lado de tipos o bandas grosas, pero lo más importante es hacer lo que a uno lo hace feliz”, dice.

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