lunes, 2 de junio de 2014

Seth es hemipléjico, pero pedalea desde EE.UU. hasta Ushuaia

El abogado norteamericano pasó por Tucumán. Su objetivo es demostrar que la discapacidad no es un obstáculo.
Seth McBride, de Portland (EE.UU), tenía 17 años en el 2000 cuando su vida dio un giro inesperado y doloroso. Mientras esquiaba en Blackcomb (Canadá), una maniobra brusca lo hizo perder el equilibrio y caer. El accidente fue grave: sufrió una lesión en la médula espinal y quedó hemipléjico. “A partir de entonces tuve que asumir las limitaciones de mi cuerpo. No muevo las piernas y tengo dificultades en las manos. Pero nunca pensé en darme por vencido, en quedarme postrado. Me propuse encarar la vida con mas fuerza para seguir disfrutándola”, cuenta a los 31 años. Seth enfatiza: el poder está en la mente. Y lo demuestra: viaja desde Estados Unidos hasta Ushuaia a bordo de un triciclo. A pesar de su discapacidad, este norteamericano se graduó como abogado en la Universidad de Oregon y luego pasó a integrar la selección de rugby en silla ruedas de su país, con la que consiguió dos campeonatos del mundo y dos medallas paraolímpicas (de oro en Pekín 2008 y bronce en Londres 2012). Además, lleva recorridos 16 países de cuatro continentes. Y ahora, con su esposa Kelly Schwan (de 33 años) intenta protagonizar una hazaña: unir Oregon, en Estados Unidos, con Ushuaia en un triciclo que impulsa con la fuerza de sus brazos. El trayecto es tremendo: 16.093 kilómetros. “Es una forma de ayudar a abrir nuevos caminos de actividades en el mundo de personas con discapacidad: demostrar que pueden hacer viajes de aventuras si tienen la voluntad de hacerlo” advierte. Seth y Kelly ya recorrieron el 70% del camino que iniciaron el 22 de setiembre de 2013 y prevén culminar en agosto en la ciudad más austral del mundo. Atravesaron Tucumán por la ruta 38. En los alrededores de La Cocha. Kelly marchaba adelante con su bicicleta. Seth, detrás, avanzaba moviendo los pedales del triciclo que están instalados a la altura de sus hombros. El vehículo fue diseñado y construido para la ocasión. La travesía fue denominada “El largo camino al sur” y fue declarada de interés periodístico por la cadena televisiva Fox. En sus rodados cargan equipos de campamento y otros elementos de uso personal. “Hasta ahora todo marcha sin problemas. Estamos disfrutando de la Argentina. La comida, el vino, las montañas y la gente, que es muy amistosa, nos tienen sorprendido. Estamos felices” dice Kelly. La mujer es una terapista ocupacional que conoció a Seth precisamente ejerciendo su labor en el equipo de rugby que éste integra. “Lo de mi compañero es admirable. Demuestra que todo es posible cuando uno se lo propone. Toda persona tiene algún problema físico y está en la capacidad de cada uno poder superarlo para no desperdiciar la vida” apunta. Otro objetivo: un libro Seth, quien también es escritor, cuenta que luego de su accidente tuvo que encarar un proceso durísimo para adaptarse a su “nuevo cuerpo”. El hombre carga muchas horas de gimnasio, de entrenamiento y de tratamientos de rehabilitación. Es que debía que fortalecer sus brazos, herramientas que le permiten valerse por sí mismo. Su premisa permanente fue: “siempre adelante”. Asumió como valioso el estímulo de su familia y amigos, que jamás lo abandonaron. El atleta escribe para una revista de los Estados Unidos y se propone editar su primer libro con la experiencia que va cosechando a lo largo del viaje. “Este proyecto nació en el 2009 luego de recorrer Islandia durante un mes y en bicicleta. A todos les pareció una idea loca. Pero igual nos pusimos a trabajar en la búsqueda de personas y empresas que nos apoyen. Lo hemos conseguido y aquí estamos” , recuerda Kelly. Los parientes fueron los primeros en preocuparte ante la idea del viaje. Entre risas, Seth admite que sus padres se resistían a aceptar esta aventura. “Están preocupados, pero a la vez felices porque seguimos adelante sin problemas” añade. “Nos hablan a nuestro celular todos los días y nos siguen por el GPS que llevamos. Es decir, están al tanto de lo que hacemos”, cuenta Kelly. Durante todo el recorrido Seth y Kelly han venido manteniendo reuniones con organizaciones deportivas de adaptación para discapacitados. Y lo hacen con el objetivo de concientizar sobre la importancia de que estas personas practiquen deportes. A su paso, Seth recibe el aplauso de las innumerables personas con las que se cruza. Algunas, enteradas de su historia, lo llaman el “superman sobre ruedas”. Y, en cierto modo, lo es. Pues es posible que nadie o muy pocos individuos con sus mismas limitaciones se haya animado a tanto. Es un ejemplo de fuerza de voluntad: derriba todos los imposibles que se le cruzan en el camino de su vida.

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