lunes, 2 de junio de 2014

Un hogar terapéutico y con mucho verde

"Cuándo Juan Pablo terminó la escuela especial me pregunté: ¿y ahora a dónde lo mando?", recuerda su madre Nélida Sastre de Ehrhardt, personificando la angustia de todos los padres de chicos con discapacidad mental que enfrentan serias dificultades para encontrar instituciones en las que sus hijos puedan desarrollar sus habilidades, educarse y capacitarse para poder llegar a tener una vida autónoma. Ante este gran interrogante, y después de haberse enterado de que en San Isidro estaban abriendo un centro de día para personas con estas necesidades, Nélida se acercó sin dudarlo y hoy integra la Asociación de Padres y Amigos de los Discapacitados Mentales del partido de San Isidro. "Surgió a partir de la iniciativa de padres y amigos de personas con discapacidad que buscaban brindar una alternativa a jóvenes y adultos que por sus dificultades no podían acceder al trabajo protegido o no tuvieran cobertura educativa o laboral. Ésta es una institución a puertas abiertas. Acá cualquier padre puede venir a ver a su hijo en todo momento y si además se quieren sumar a la comisión directiva, mucho mejor", explica Sastre, actual presidenta de la entidad. El objetivo principal del centro de día es que los concurrentes puedan lograr un desenvolvimiento activo en la vida cotidiana y conseguir los mayores niveles de autovalimiento, como también apoyar y orientar a la familia. Por eso participan de actividades como expresión y lenguaje corporal, educación física, musicoterapia, fonoaudiología, computación, huerta y jardinería, cocina, manualidades y natación. Actualmente son 23 las personas de 25 a 55 años con discapacidad mental avanzada las que asisten al centro, de lunes a viernes, de 8.30 a 16.30, donde además de desayunar, almorzar y merendar, participan de diferentes talleres. Como todas las entidades de estas características y que buscan dar un servicio de calidad, están atravesando una situación financiera delicada. Las becas de los chicos que rondan los $ 10.000 son abonadas por la Superintendencia Nacional de Salud o las obras sociales, pero como presentan atrasos de hasta cinco meses, están buscando otras fuentes de financiamiento. "Estamos habilitados para tener 30 chicos y poder recibir a 23 por temas de espacio y de fondos. Nuestro objetivo es brindarles cada vez una mejor calidad de vida, lo que incluye terapia, rehabilitación y salidas recreativas. Como los papás somos los dueños de la institución, nos ocupamos de darles lo mejor", agrega Sastre, a la vez que aclara que su prioridad es recibir a personas que vienen de hogares más desfavorecidos. Otra realidad a la que tienen que hacer frente es a lo que sucede cuando los padres de las personas con discapacidad fallecen y al no tener contención familiar, terminan viviendo en un hogar o institución. "Hemos tenido que ubicar a algunos en la Fundación Nosotros, que tiene un hogar que recibe a personas con discapacidad intelectual, pero sabemos que extrañan a sus compañeros del centro. Por eso, hace seis años que trabajamos para fundar un hogar donde estos chicos puedan vivir. Queremos quedarnos tranquilos de que nuestros hijos van a tener un lugar cuando nosotros ya no estemos. Necesitamos el apoyo de empresas o padrinos que nos ayuden a comprar un terreno grande y con mucho verde en Tigre, Benavídez o Maschwitz, donde los chicos puedan realizar todas las terapias y puedan conservar el vínculo con sus amigos", dice Sastre. Hasta cumplir con ese sueño, desde la entidad solicitan la donación de pintura, una procesadora y colchonetas para actividades de educación física. Para colaborar, comunicarse por el 4723-8951 o escribiendo a apadmsi@fibertel.com.ar .

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